Dani Torrent (Barcelona, 1974), gana la Golden Apple de la 29ª Bienal de ilustración de Bratislava, por “Viajes en trenes de primera clase” editado por Triqueta Editorial.
Una joven ha sido educada para conseguir un matrimonio ventajoso, pero la guerra la deja sola y sin recursos. Con sus últimos ahorros, se compra un elegante vestuario y un pase para viajar en trenes de primera clase durante un año. En su ir y venir, conocerá a tres hombres que le propondrán compartir su holgado mundo con ella a cambio de su libertad… Con reminiscencias de los cuentos maravillosos, con una prosa tersa y fina y exquisitos dibujos de vocación impresionista, este libro se vale del motivo del viaje para hablar de la identidad, la independencia y el lugar de la mujer en la sociedad.
La Bienal de Ilustración de Bratislava (BIB) es uno de los honores internacionales más antiguos para ilustradores de libros infantiles. Otorgado por primera vez en 1967, es uno de los premios de libros infantiles más prestigiosos de la actualidad, junto con el Premio Hans Christian Andersen.
Los premios se otorgaron el miércoles 4 de octubre, y fue otorgado por un jurado compuesto por expertos y autores de diez países. Sólo dos ilustradores españoles han obtenido con anterioridad la prestigiosa Golden apple (Elena Odriozola y Javier Zabala), y dos más el Gran Premio del festival (Josep Antoni Tàssies y de nuevo Elena Odriozola).
En la grisura de la ciudad aún existe un pequeño espacio en el que, tiempo atrás, muchos niños fueron felices, un lugar donde “todo era posible” que ahora corre el riesgo de desaparecer. Frente a ese horizonte oscuro sorprende la actitud de Berta, dispuesta a seguir sembrando a pesar de que parece una empresa de complicado progreso. Pronto entenderemos que vale más la actitud que mantiene la niña, capaz de aglutinar con su ejemplo todos los apoyos y unir el destino de pequeños y mayores, que muchas otras acciones o pensamientos estériles. Plumilla y acuarela para modelar un bello relato con el que se reivindican los necesarios espacios verdes en las ciudades, el respeto por los lugares de encuentro ante la avasalladora maquinaria de la construcción masiva en urbes cada vez más superpobladas y con menos espacios naturales para seguir viviendo aventuras infantiles o, simplemente, para constituir puntos de convivencia amable para el vecindario. El espíritu gráfico de autores como Sempé o Quentin Blake planea sobre toda la obra, un delicado álbum ilustrado con el que la artista multidisciplinar evoca el tiempo mágico de la infancia al son de las deliciosas imágenes del director de animación e ilustrador Avi Ofer.
El lenguaje del cómic y del cuento ilustrado se dan la mano en este apabullante artificio gráfico con el que el autor, que ya dejó muestra de su admirable estilo en Mi abuelo Carmelo (Kalandraka) o en Yuelán (Edelvives), convierte en un nebuloso ejercicio sentimental las impresiones de Clementina, una joven que en los albores de la Gran Guerra decide emprender un viaje en tren para, aparentemente, cumplir los deseos de su difunto padre. La obra refleja fielmente el universo propio de aquellos ferrocarriles, medio romántico por excelencia en el que se daban cita viajeros procedentes de altos estamentos, que sirve como pretexto para huir del asfixiante ecosistema “canónico” en el que ha sido criada, siempre con el objetivo familiar del pronto casamiento sobrevolando sus ilusiones. La historia, bañada en melancolía, está estructurada en tres acercamientos a otros tantos caballeros, de muy diversa condición, que el autor muta en relato feminista, coincidiendo con el espíritu de la época en la que se ambienta -momento en el que toma fuerza esta corriente transformadora-, y apostando por una metáfora en la que se elogia el modelo igualitario que tanto trabajo costó alcanzar otorgando a la joven la oportunidad de tomar las riendas, por fin, de su destino. El grafito y los lápices de color, con posterior retoque digital, aportan una estética única a este proyecto, ampliamente reconocido por su gran valor artístico en diversas ciudades del mundo (ganador en la 56 Exposición de la Feria de Bolonia, Italia; del Premio de Ilustración en la Hiiibrand International Brand & Communication Design Awards, China; y seleccionado para la Exposición Oficial de la Feria Internacional del Libro de Londres en 2022) Un maravilloso e inclasificable trabajo que queremos destacar entre los más originales del presente año para lectores con bagaje.
Clementina desde pequeña había sido educada por su padre para entrar en la alta sociedad de la época. Toda su vida se había esforzado por aprender los modales y la etiqueta que la alta sociedad exigía. Su padre tenía la esperanza de que, gracias a las relaciones que había cultivado durante años de trabajo en la administración pública, conseguiría para ella un buen matrimonio. El estallido de la guerra en su país y la muerte de su padre, acaban de repente con esos planes de futuro planteados. Sola, sin casa y sin apenas recursos debido a los desastres de la guerra, Clementina idea un plan: gastarse hasta el último céntimo de sus ahorros en un vestido de seda y un pase de un año para viajar en trenes de primera clase. Así presenta Triqueta editora ‘Viajes en trenes de primera clase’, un trabajo de Dani Torrent, con el que hemos charlado un poco más acerca de este pñroyecto.
¿Cómo surge este proyecto? Dani Torrent: “Un amigo me contó una anécdota de una conocida, que tiempo atrás decidió buscarse un marido rico. Para ello se compró un pase en trenes de primera clase y se dedicó a viajar sin rumbo por Alemania, sin otro objetivo que entablar conversación con viajeros acomodados. Me pareció una idea entre loca y genial, en un tren no hay mucho más que hacer que charlar, sobre todo en la era pre-internet, y si alguien se pone a hablar contigo tampoco hay modo de escapar, así que pensé que se podría escribir un cuento a partir de eso. En realidad lo cambié casi todo: en primer lugar lo ambienté en la Belle Époque, cuando los viajes en tren aún eran sinónimo de romanticismo y aventura, y lo que empuja a nuestra protagonista a buscarse un marido es la irrupción de una guerra (¿la primera guerra mundial?) que la deja sola, sin posesiones y sin hogar. Pero el gran cambio es que si bien la señora alemana que sirvió de inspiración encontró su marido rico, nuestra protagonista se encuentra a sí misma y se construye un futuro como mujer independiente. De este modo se convierte en una historia de autoconocimiento y empoderación”.
“En cuanto a la ilustración, la visita a una exposición sobre el ilustrador de principios de siglo XX Xavier Gosé, fue un impulso importante, aunque después mi estilo haya ido derivando hacia otro lado”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Encontrarán una historia de aire melancólico con un final luminoso -nos cuenta Dani Torrent-. Una narración que se organiza como un cuento clásico, donde Clementina, la protagonista, tiene tres encuentros con tres caballeros, cada uno más rico y poderoso que el anterior, y más siniestro. Pero tomamos esta estructura tradicional para darle un giro y convertirlo en una fábula feminista con una lectura radicalmente actual, crítica con el clasismo y el materialismo. Clementina se da cuenta de que no quiere encerrarse en la jaula de oro que esos caballeros le ofrecen, pues se ha enamorado del viaje mismo y encuentra la felicidad a los mandos de una locomotora (su propio destino)”.
¿Cómo fue el trabajo de investigación/documentación para este proyecto? “La verdad es que fue una de las partes más interesantes del proceso. Situarlo en los años 10 del siglo XX era fundamental para la historia, pues en ese momento las relaciones de los hombres y las mujeres estaban totalmente codificadas y compartimentadas, pero al mismo tiempo todo eso empezó a cambiar con los inicios del feminismo y la incorporación de la mujer al trabajo a causa de la primera guerra mundial. Así que no sólo tenía que saber sobre la apariencia de las cosas (cómo era la moda en aquel momento, cómo estaban decorados los vagones de tren, qué forma tenían las locomotoras…), sino también tenía que investigar sobre la etiqueta que regía la vida en los trenes y fuera de ellos: ¿podía una dama quitarse los guantes o el sombrero en espacios públicos?¿Cómo era percibida una mujer que viajaba sola?¿Había ya mujeres ferroviarias?, elementos todos ellos importantes para lo que quería contar”.
“Me hice una carpeta con imágenes de todo ello, pero también con imágenes de atardeceres, fenómenos meteorológicos, luz entrando por las ventanillas, a modo de mood board para meterme fácilmente en ese ambiente de ensoñación e introspección que quería dar al libro”, afirma Dani Torrent.
“Por último, una mirada atenta podrá reconocer referencias a la historia del arte en varias ilustraciones, que dan claves sobre los pensamientos de los personajes, sus relaciones, su lugar en la sociedad…”
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente respecto a otros trabajos? “En mis ilustraciones he continuado la línea de trabajos anteriores encaminados hacia la expresividad de la línea, con una desproporción elegante de la figura y un tratamiento algo más gestual. En este trabajo en concreto he intentado dar mucha importancia al ambiente, a los efectos de luz, que a veces parece engullir a las figuras y desdibujarlas. Esta calidad evanescente de las ilustraciones se refuerza con composiciones bastante elípticas, con grandes espacios vacíos, donde los personajes se sitúan casi como si estuvieran escondiéndose, muy cerca de los bordes”.
“Pero lo que creo que se diferencia más de mis anteriores trabajos es la articulación de la imagen con el texto -continúa Dani Torrent-. La historia narra las acciones, las anécdotas, mientras que las ilustraciones muestran más los momentos de reflexión, la mirada de Clementina, su fascinación creciente por el viaje y por conocer el mundo, y nos hacen sentir el proceso interior por el que pasa Clementina para tomar su decisión al final del libro. Imagen y texto se van combinando de diferentes maneras según las necesidades de la narración: hay ilustraciones a doble página sin texto, o páginas que sólo contienen texto, a veces una página prácticamente vacía sólo tiene un detalle o una frase, o una serie de viñetas sin texto nos da una secuencia temporal y pone un pie en el cómic. Todo ello va creando diferentes ritmos de lectura”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Básicamente trabajé con técnicas secas, lápiz de grafito, lápices de color y pasteles sobre papel crema, que le da un aspecto antiguo a todo el libro, y algún retoque de Photoshop posterior”.
Cuéntanos algo del proceso de elaboración del libro. “Como todos los proyectos personales en los que soy ilustrador y autor el trabajo se ha ido gestando a lo largo de años, avanzándolo en los espacios que quedan entre encargos -relata Dani Torrent-. El texto salió rápido, en un par de días, aunque se estuvo puliendo y retocando hasta el mismo día de entrar en imprenta, especialmente el último capítulo. La resolución la tenía clara, pero tuve que encontrar el tono sin perder el misterio, romanticismo y el aire de fábula que había tenido el texto hasta ese momento”.
“En cuanto a las ilustraciones, fueron pasando por diferentes estilos, y lo que pasa cuando no tienes fecha límite y eres algo obsesivo es que vas repitiéndolas una y otra vez, creo que debe de haber más ilustraciones descartadas que publicadas. El tiempo de confinamiento fue decisivo para poder avanzar y tener ya un libro completo (aunque no definitivo) para poder buscar editor, que encontró en Víctor de Triqueta verde, el editor ideal, que me dejó hacer todas las modificaciones que creí necesarias y me lo puso facilísimo”.
“Empecé las ilustraciones con una idea general del libro pero sin hacer Story-Board, lo que si bien no es muy eficiente para hacer un trabajo rápido, me permitió cambiar el orden de las imágenes, agruparlas, o relacionarlas con una parte diferente del texto, en definitiva, seguir jugando hasta el final con el ritmo y la musicalidad del relato”, asegura Dani Torrent.
¿En qué trabajas ahora?¿Algún proyecto nuevo? “En los últimos meses he estado trabajando en una serie de pinturas sobre papel o lienzo con el tema de la intimidad. Tengo pendientes de empezar un par de encargos, y con ganas de embarcarme en algún proyecto narrativo propio. Tengo una idea sobre el día en que los paraguas del mundo hacen la revolución”.
Hace unos días compartí un recopilatorio de libros ambientados en la prehistoria. Y hoy os traigo la reseña de uno de esos libros.
?¿Alguien en la sala conoce el origen de las cuevas de Altamira? ¿Qué tal si se lo explicamos a los peques a través de un cuento?
Alicia vivía junto a Funo en una preciosa cueva. Cuando un día estaba consultando el periolítico (periódico local), encontró una oferta de empleo que le venía al pelo: pintora, y Alicia era una estupenda pintora. Su troglodiculum era impecable, así que fue llamada a una entrevista de selección.
Con el apoyo de Funo, que permaneció al cuidado de la cueva, y las bayas y abrigo que le proporcionaron éste y sus vecinos, marchó en Bisonte Express y pronto llegó a la ciudad de los bisontes, donde debió superar una importante prueba para poder entrar a trabajar en la empresa.
En la caverna de las tormentas la esperaba Altamira, una señora especialista en pintura rupestre que le pidió a nuestra Troglodita expresar todo su arte en aquellas paredes.
Con una amplia gama cromática (ocres, rojos y negros) Alicia dibujó bisontes, ciervos y rinocerontes con tal calidad que consiguió el empleo. ¡Y ahí no acabó la aventura! De vuelta a casa tuvo que hacer gala de su valentía para salvar a sus amigos. ¿Qué le ocurrirá?
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Con una perfecta ambientación prehistórica (cuevas, piedras, flechas…) y unas ilustraciones espectaculares y coloridas (genial el detalle de que TODOS los seres vivos que aparecen sean unicejos?), observamos a unos personajes entrañables (a pesar de los piojos que tiene Alicia?) y un giro en las teorías establecidas acerca del papel de la mujer en la prehistoria (¿o es que acaso son sólo hipótesis?).
Un álbum para hablar de coeducación (sin ser el tema central?), de historia y de sueños alcanzados de un modo divertido y educativo. Me parece un imprescindible en las aulas.